La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha presentado su predicción estacional para la primavera en Menorca, y aunque los datos no han sorprendido, confirman la tendencia al alza de las temperaturas medias en la isla. Según el informe, se espera que la temperatura media de la próxima estación sea ligeramente superior a la del año pasado, manteniendo el patrón de calentamiento global que se ha observado en los últimos años. Cabe la posibilidad de que si finalmente sucede este fenómeno, a final del verano, la temperatura media del mar alrededor de Menorca sea aún más alta que el año anterior, con las posibles consecuencias sobre el medio marino y, también, en la interacción con la atmósfera desencadenando fenómenos meteorológicos más extremos, como la DANA del pasado 15 de agosto.
Más allá de este incremento térmico, los demás parámetros meteorológicos no mostrarán grandes variaciones, manteniéndose dentro de la normalidad. Sin embargo, un fenómeno característico del final de la primavera, la llegada de vientos del sur y sureste que transportan polvo en suspensión desde el desierto del Sáhara, volverá a producirse, dejando las habituales lluvias de barro en la isla.
Polvo en suspensión antes de lo previsto
Lo llamativo de esta predicción es que el fenómeno del polvo en suspensión ya se está manifestando en estos días. Corrientes de aire provenientes del centro del Mediterráneo han arrastrado partículas de arena del norte de África hasta Menorca, provocando precipitaciones con residuos de tierra. Este adelanto del fenómeno es un recordatorio de cómo la dinámica atmosférica puede variar, aunque sigue dentro de los patrones esperados para la región.
Un enero de contrastes térmicos
Otro dato destacado de la presentación ha sido el análisis del mes de enero, que registró tanto la temperatura más alta como la más baja de lo que llevamos de invierno en Menorca. Según explicó María José Guerrero, portavoz de AEMET Baleares en declaraciones a Radio Menorca, ambos extremos térmicos ocurrieron en un corto intervalo de tiempo, evidenciando la variabilidad climática que ha marcado el invierno de este año.
En definitiva, la primavera menorquina seguirá la línea de los últimos años, con un ligero aumento de temperaturas y la ya habitual llegada de polvo sahariano. Aunque sin cambios bruscos en el horizonte, la persistencia del calentamiento global sigue dejando su huella en el clima de la isla.
