Buscando tranquilidad, naturaleza y rompiendo con el confinamiento, muchos menorquines se han reencontrado en los caminos rurales que discurren por los municipios de la isla.
La Coordinadora de Camins de Menorca siempre ha reivindicado la recuperación de muchos trazados que habían quedado ocultos bajo el olvido o la maleza. Ahora estos caminos recuperados se están convirtiendo en la tabla de salvación de muchas personas que han ido al reencuentro de la Menorca salvaje. Desde caminar hasta hacer deporte sobre una bicicleta o corriendo, muchos han “descubierto” estos espacios pese a tenerlos en su propio municipio.
La zona de poniente no lleva el mismo ritmo de recuperación que el levante insular. Aún hay muchos trazados que, en consideración de los senderistas, están tapados por el paso de los años y que se deberían desbrozar para su recuperación. Aunque también hay otros motivos. El caso de la pugna por la recuperación del antiguo trazado del camino público del Camí d’en Kane a su paso por Ferreries es un claro ejemplo de cómo la ignorancia y el tiempo acaban por desdibujar la razón de ser de estos pasos.
Cuando en la fase 0 se limitó la salida a un kilómetro de la casa de cada cual, muchos se dedicaron a explorar los alrededores de su ámbito vital con la sorpresa de algunos tramos de estos caminos recuperados e incluso partes del Camí de Cavalls que aún no conocían pese a vivir cerca.
Eso está fomentado que más personas se dediquen ahora a conocer más. ¿A dónde lleva este camino? ¿Qué descubriremos en él? Y, como avanzábamos en nuestro titular, esta idea parece que la han tenido muchas personas.
Cabe destacar dos aspectos a recordar; las medidas de las 3 M (mantener distancia prudencial, llevar mascarilla y lavarse las manos) sigue siendo vigente en estas salidas. También prima el civismo que se espera en estos casos; más gente en los caminos no debería llenarlos de basura. Respétense cercas, cerramientos, paredes y demás elementos del recorrido.