Creado por el promotor alemán Karl Roters, allí se vivieron algunos de los episodios más especiales de la Isla hasta bien entrados los 90. Ahora, un buen puñado de años más tarde y tras la desaparición de su creador, este enclave de alrededor de 9.000 metros cuadrados ha sido vendido.
Lo han adquirido dos "nostálgicos" alemanes por 1'2 millones de euros -según el precio que figura en la página web de la inmobiliaria Finques Armengol- con el objetivo de volver a convertir el jardín en un espacio simbólico y destacado de la urbanización costera.
Según ha podido saber este diario, en los planes de los compradores -naturales de Stuttgart y de Munich- no está solicitar una recalificación de los terrenos; la idea es rehabilitar el jardín, recuperar su alto valor ecológico y volver a situarlo en el mapa de interés de Menorca. Allí se encuentran todavía un gran número de cactus exóticos, así como esculturas de piedra y hierro.
