Construido en 1929, destaca por su estructura de madera y por su forma clásica, ya que originalmente era un navío a vapor. Sin embargo, las reformas a las que ha estado sometido en los últimos años lo han equipado con una motorización diésel.
Aunque lo verdaderamente interesante es la historia que tiene detrás. Construido junto a otros dos buques en 1929 por encargo de la rica Anne Henrietta Yule, saltó a la fama en 1936 cuando el rey Eduardo VIII lo alquiló para realizar un crucero por el mar Adriático junto a la americana Wallis Simpson. Aquello -la prensa se volcó con los detalles de las fiestas a bordo, a las que fueron invitadas personalidades nazis- le costó el reinado por el descontento de la opinión pública inglesa. Se vio obligado a abdicar.
El episodio quizá causó que no fuera bien visto por la alta sociedad británica y su dueña decidió venderlo al rey Carol II de Rumanía. Tras más de 60 años en tierras eslavas -y con la II Guerra Mundial de por medio- volvió a aguas inglesas de nuevo, esta vez a manos del empresario Anthony Bamford, quién lo reformó y con el tiempo lo vendió a su actual propietario.
El histórico yate ha estado estos días por Menorca y parece ser que ahora va rumbo a Palma de Mallorca. Puede cobijar a unas 15 personas, con todo lujo de detalles. En los últimos años ha cubierto varios itinerarios por las Balears. Quizá esta no sea su última visita a Menorca.
@jlgllagues
