De hecho, el censo oficial confirma que en los últimos 15 años su población se ha multiplicado por cuatro, pasando de los 412 ejemplares que había en el año 2001 a los más de 1.800 contabilizados durante el año pasado.
A su vez, defiende que "esta situación no es fruto de la casualidad, sino que básicamente se debe a una labor continuada desde bastantes años. Los datos que nos aporta la evolución histórica del censo, con un notable aumento, invitan a asumir el reto de trabajar aún más en la línea de la promoción y comercialización, de cara a poder vender al máximo esta carne con su sello de calidad y al mínimo como marca 'blanca' por el bien del sector".
"Lo que también es importante es su influencia en toda la economía local (producción, transformación, etc.) que se crea. Los restaurantes que pasan a consumir este carna dejan de comprar producto congelado de vete a saber dónde. No queremos propiciar un consumo exagerado de carne. Queremos un consumo equilibrado dentro de una dieta saludable, pero que lo que se consuma sea más fresco, sano, local, de confianza y que permita defender y mantener la biodiversidad", apostilla.
