Las casas estarán distribuidas en dos comunidades independientes, con zonas comunitarias. Además, contarán con sus propias piscinas en la azotea, desde donde se contempla una espectacular panorámica a la bahía de Fornells con vistas al mar.
"Es un proyecto que busca la integración en el entorno, el respeto por la tradición y los materiales más característicos de la cultura menorquina", explica Bonnin Sansó en la exposición del nuevo proyecto, que se puede encontrar en su página web.
"Las casas cuentan entre 280 y 300 metros cuadrados construidos, contando terrazas. Se han concebido en dos tipologías (entre otras diferenciaciones, con mayor o menor tamaño, con y sin ascensor)". Las viviendas se distribuyen en cuatro alturas diferentes.
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