Autoridad Portuaria de Baleares no se compromete a dejar las casas de Cala Figuera fuera de la zona de servicio portuaria. Las reuniones mantenidas entre vecinos y representantes del ente gestor desde que se aprobó la apertura del plazo de alegaciones a la Propuesta de Delimitación de Espacios y Usos del puerto de Maó no han fructificado por el momento.
Así, de mantenerse los criterios recogidos en la propuesta, el uso residencial no será posible en esta zona. “Es una cuestión legal, el Texto Refundido de la Ley de Puertos excluye el uso residencial en la zona de servicio portuaria. Nosotros en la DEUP proponemos una zona de servicio, ahora se pueden presentar alegaciones y luego se estudiarán, pero en la propuesta las casas están en la zona de servicio”, explican fuentes de APB.
Estas mismas fuentes han insistido que no hay voluntad de expropiar -“si lo hubiésemos querido expropiar ya lo habríamos hecho, la ley nos ampara”- y que todas las adquisiciones se han llevado a cabo “de acuerdo con los propietarios y a precio de mercado, la última hace dos días”. APB rechaza así los comentarios de los vecinos relativos a que hayan amenazas con expropiar.
Encuentros infructuosos
La reserva de una amplia superficie sin destino definido, las progresivas adquisiciones que APB ha realizado en Cala Figuera o la ausencia de referencias explícitas al uso residencial en esta zona en la propuesta de DEUP después de diferentes compromisos públicos en este sentido habían inquietado a algunos propietarios.
La alcaldesa de Maó, Águeda Reynés, auspició la participación de los mismos, así como de representantes de Port Sostenible, en el Consejo Municipal del Puerto celebrado esta semana, y Lluís Camps, alcalde de Es Castell, ha estado presente en un encuentro celebrado este viernes, que ha contado también con la presencia de responsables de APB, así como de uno de los vecinos de la zona.
Sin embargo, según han detallado fuentes vecinales, APB no va más allá de asegurar que respetará a quienes vivan allí, pero que éstos no podrán reformar sus viviendas ni venderlas, pudiendo instarse su expropiación más adelante. A falta del trámite que se dé a las alegaciones, el pesimismo cunde entre los propietarios de la zona, quienes, han valorado muy positivamente la implicación tanto de Reynés como de Camps, y se han mostrado decepcionados por la actitud del ente gestor.
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