T.S. ELIOT en su poema VIAJE DE LOS MAGOS narra:
Fue el viaje de La Estrella duro y frío en el más crudo tiempo del año.
Los caminos resbaladizos y el clima rudo, inhóspito.
Sí, en lo más apagado y mudo del invierno…
Lo más irritante aún la total falta de información dado que nadie, absolutamente nadie, sabía nada de nada.
Así y todo marchamos y llegamos un día ya anochecido, ni un momento antes.
La casa y el lugar hallados podrían calificarse de satisfactorios.
Esto ocurrió hace hoy mucho tiempo y aún así volvería a intentarlo de nuevo.
Si bien la duda me acompaña de si fuimos guiados a un nacer o a un morir…
Sin dudar que fuera un nacimiento, lo constatamos, pero sentimos que había también una muerte…nuestra muerte.
El mejor regalo que este año en plena crisis de valores y sabores nos pueden dejar estos Magos será una invitación a la utopía. Es un hecho que ésta no es fácilmente alcanzable y que haciéndonos guiños en la distancia por cada paso que hacia ella avanzamos…esta se aleja otros tantos…pero, así, es nuestro andar y desbrozar la vida.
Avanzamos sin apenas referencias morales. No parece que hoy los intelectuales ni tampoco los líderes políticos y religiosos desempeñen su papel histórico, son más bien la gente de a pié, la gran masa, quienes poseen aún una reserva de sentido y acción que nos encamina hacia otra manera de con-vivir.
El dolor rompe el tiempo y como en un parto A cuanto mayor dolor mayor es cuanto nace.
Quizás hemos llegado al hito de tener que trastocar la misma frase del Padrenuestro: Líbranos del bien… porque es del lodo del tener que sobrevivir a diario forzados por “la gente bien” que no desgrava, cuando aflora en el foro de la conciencia la flor de loto más inmaculada: sentirnos ser.
Así Andrés Sábato, haciendo propio el sentir de Hölderlin, de concluir Ven, descubramos los espacios abiertos, busquemos lo que nos pertenece por lejano que esté…Y dejar escrito en una pancarta El sentir de las personas sólo cabe en la utopía.