Desde la ciudad checa de Praga, el menorquín Lluís Rotger participa de un proyecto denominado “Touching masterpieces” que permite a personas invidentes y gracias a unos guantes de realidad virtual percibir con el sentido del tacto las formas de obras como la Venus de Milo, el David de Miguel Ángel o la forma de la escultura de Nerfertiti.
Gracias a esta técnica, personas que no pueden ver tienen por primera vez la oportunidad de conocer con una idea bastante exacta la forma y dimensión que tienen obras de arte universal. Rotger explica que se trata de juntar las posibilidades de la tecnología actual con las necesidades que requieren -en este caso- colectivos a los que su condición les había negado el disfrute de estas obras.
Los guantes de realidad virtual se desarrollaron en un primer momento como una extensión del teclado o el ratón en el contexto de los entornos que había desarrollado el mundillo de los juegos de ordenador.
No obstante, pronto se empezaron a ver las amplias posibilidades que tenían en campos como la medicina, la arquitectura, el arte y otros.
Los sensores que hay a lo largo de los dedos de la mano trasladan la información espacio-temporal y de movimiento a un contexto de realidad virtual y, por extensión, al sujeto dentro de él. En el caso de la experiencia Touching masterpieces, las personas invidentes pueden sentir a través de los guantes más o menos resistencia (sensación de lleno o vacío) con lo que les permite recorrer una superficie creada virtualmente, que correspondería a la obra de arte en cuestión.