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Autotest de salud en el WC

Color, textura y olor de heces y orina pueden alertar de cambios en tu salud

Cartel en un lavabo.
Cartel en un lavabo.

Aunque nos vayamos a poner un poco escatológicos, esto es serio. Observar los cambios en heces y orina nos pueden ayudar a advertir cambios en nuestra salud y, así, poner en aviso a nuestro médico de cabecera.
Empezaremos con las heces. Cambios repentinos en aspectos como el olor, forma o color pueden indicarnos algo.

Como resultado de la ingesta de alimentos, expulsamos de nuestro cuerpo estos desechos y tiene mucho que ver qué comemos para que las heces tengan cambios en estos parámetros. Por eso no debemos preocuparnos. Muchos facultativos están de acuerdo en que el cambio de color de las heces nos puede estar poniendo sobre aviso de alguna alteración en la salud.

Por ejemplo: Cuando las heces son muy oscuras o negras es debido a que hemos ingerido alimentos con hierro. También podría ser debido a un sangrado por una úlcera.
Si son del color de la arcilla (rojizo) puede estar relacionado con una gastroenteritis. Si esto ocurre de manera espontánea podría tener relación con una obstrucción del canal hepatobiliar. Este conducto es por donde el hígado evacua la bilis hacia el intestino, que ayuda a digerir las grasas.

Si las heces son blanquecinas o grisáceas podría indicar un problema a nivel de hígado o vesícula.
En el caso de que sean claramente amarillas (un poco pastosas y brillantes) nos dice que nuestro intestino tiene dificultad para absorber grasa y podría indicarnos que padecemos celiaquía. Si además tienes fiebre y dolor abdominal podría advertirnos de una infección en el intestino.

Si el color predominante es el verde podría deberse a que el proceso de la digestión se produce más rápido de lo debido, motivo por el cual no digerimos la bilis. Eso lo produce el estrés. También podría darse el caso de heces verdes por intestino irritable o por tomar ciertos medicamentos.

Hay que decir que un signo de alerta común es si observamos que hay sangre acompañando las heces. En esos casos se podría deber a varios factores como una simple fisura anal o algo más serio como un proceso cancerígeno. En esos casos es preferible advertir a nuestro médico.

Otros factores nos ayudan a identificar qué nos pasa dentro del cuerpo. Si las heces son duras y redondas nos indican que no comemos suficiente fibra y eso nos provoca estreñimiento. Si las heces flotan puede indicar que nos faltan ciertos nutrientes. Si es frecuente que haya moco junto a la caca, puede ser un signo de alteraciones intestinales. Un olor poco común y especialmente desagradable podría indicar que hay infecciones que no se han tratado. Si las heces son muy delgadas podríamos estar padeciendo obstrucciones en el tracto intestinal.

Ahora vamos con la orina. También aquí afecta lo que comemos y bebemos. Lo normal es que sea amarilla pero, si es muy clara y no hemos bebido mucho, podría indicar un principio de diabetes.

Si es color café podría indicar que sufrimos de deshidratación e incluso avanzarnos que hay algún problema con nuestro hígado. También pasa si el pipí es naranja (y no hemos comido remolacha o zanahoria). Si tiene un tono azulado o verdoso podría advertirnos de una infección. Si es rojiza podría decirnos que hay rastros de sangre junto a ella y son varias las razones que podrían provocarlo. En este caso hay que avisar a nuestro médico para descartar infecciones, piedras en el riñón o tumores. S

i la orina es turbia podría decirnos que tenemos cálculos en la orina o que se esté formando una infección. Si huele mucho también puede ser por esta causa, aunque insistimos; también se da cuando comemos algunos alimentos como espárragos o si tomamos mucho café. En algunos casos la orina viene acompañada de mucha espuma. Esto se debe a una reacción química producida por la presencia de proteínas en la orina y que podría estar avisándonos de un problema con los riñones.


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