Terrazas en las que solo se oye hablar francés. Una cuña de radio exclusivamente en francés. Pizarras en los bares con el menú en francés. ¿Qué está pasando en Menorca? “Han llegado en tromba desde la pandemia”, relatan desde una de las inmobiliarias que, desde el 2020, no cesa de ejecutar operaciones con compradores de Francia. Ya alcanzan la segunda posición en volumen de negocio.
“Los franceses lo están comprando todo”. Es una de las afirmaciones más vomitadas en las conversaciones de la Isla de los últimos meses. Pero, ¿es cierta? Los datos revelan que sí. Durante el 2021 y el 2022, el mercado francés se ha situado por encima del 15% en las operaciones inmobiliarias, solo por detrás del nacional y del comprador local.
Las cifras de la inmobiliaria Bonnin Sansó, por ejemplo, así lo delatan. A fecha del 29 de abril de 2022, los compradores franceses han participado en 19 de las 125 operaciones, algo que supone el 15’2% del total.
Desde la empresa explican que el francés “es el segundo comprador, tanto en las oficinas de Maó, Sant Lluís y Es Mercadal, como en la de Ciutadella”. Además, es un perfil de cliente que busca segundas residencias de alto poder adquisitivo. “El importe medio de compra es el más alto de todos”, destacan desde Bonnin Sansó.
Una secuencia que también se repite en Finques Armengol. Mientras las operaciones con compradores locales y nacionales alcanzaron el 74% en el año 2021, las de los franceses llegaron al 19%, escalando hasta la segunda posición. Igualmente, en ventas superiores a los 600.000 euros la cifra se eleva hasta el 68%.
El resto de operaciones de extranjeros que buscan una segunda residencia en la Isla (alemanes, británicos, italianos…) alcanza apenas el 7%, según los números que maneja Finques Armengol.
Uno de los análisis que realizan las agencias inmobiliarias es que Menorca es una isla “todavía por explotar”; es decir, que ofrece mucha tranquilidad, una enorme belleza natural y poca masificación, más allá del crecimiento exponencial que se experimentó el último verano.
También ha ayudado a esa explosión el hecho de que hayan engordado los vuelos directos con Francia. Actualmente se puede llegar a Maó desde Toulouse, Burdeos, París o Marsella. Un crecimiento que no parece tener fin y que, más allá de que en la Isla siempre ha habido una gran presencia de franceses, ha abierto una nueva puerta para la economía de Menorca.