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Así funcionan las nuevas vacunas “ARN Mensajero” contra la Covid

Pfizer, Moderna o Biontech utilizan este nuevo sistema de vacunas, diferente a las tradicionales

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La vacuna es segura, pero es diferente

El gran paso que supone la nueva vacuna, sea de cualquier de los laboratorios que la lanza al mercado, es que utiliza un sistema denominado ARN Mensajero y que le da instrucciones al cuerpo para que genere una determinada proteína. Aunque no hay certeza de cuanto dura la inmunidad de la vacuna en el cuerpo humano, no hay duda de su efectividad.

Las pruebas han demostrado que en general es bien tolerada y no se diferencia de las vacunas tradicionales en los habituales efectos secundarios; dolor o molestia en el lugar donde se inocula, episodios febriles y poco más. Aunque la distribución ya ha comenzado, empujada por una situación de emergencia sanitaria, se siguen haciendo pruebas en un -cada vez- mayor número de personas que arrojen datos todavía más clarificadores de su eficacia.

Las vacunas tradicionales funcionan con virus inactivos o atenuados que, una vez en el cuerpo, obligan a nuestro organismo a defenderse por lo que crean los anticuerpos precisos. En el caso de este nuevo tipo de vacuna, se inyectan fragmentos de instrucciones genéticas que indican a nuestras células a reaccionar. Las células fabrican proteínas según nos indica nuestro ADN. El ARN Mensajero aporta instrucciones nuevas para crear la proteína que impide actuar a la COVID.
Aunque para que el ARN se mantenga estable se precisan temperaturas muy bajas (-70ºC), una vez a temperatura ambiente puede continuar siendo efectivo a lo largo de 5 días en una nevera normal, es decir, entre 2 y 8 grados centígrados.

La rumorología pone en dudas aspectos como las posibles consecuencias de una vacuna de nueva generación “que puede cambiar nuestro ADN”. Además del temor de repercusiones a nivel de efectos secundarios no detectados como esterilidad, parece ser que nada de esto se ha comprobado. Hay mucha preocupación por la forma en la que se trabaja en el aspecto de la genética. Los grandes avances que se han llevado a cabo en los últimos tiempos están más cerca de conseguir cosas antes impensables como crear órganos para trasplantes que no generen rechazo, alargar la vida de las personas en decenas de años e incluso más.

Al mismo tiempo “jugar a ser Dios” abre un debate de qué implicaciones podría tener a largo plazo. Como ejemplo está la industria alimentaria que ha inventado, patentado y puesto en marcha elementos fitosanitarios o alimentos resistentes a sequías o enfermedades provocando en algunos casos graves efectos secundarios en la salud de las personas o el medio ambiente, al desequilibrar ciclos naturales.


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