Desde que entró en erupción el volcán de Cumbre Vieja de la Palma el pasado 19 de septiembre, la isla canaria vive en un continuo estado de alarma. Es difícil predecir la evolución de las lenguas de lava o poder prever nuevas explosiones. Según los datos de Copernicus, el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, ya han sido afectadas más de 800 hectáreas y 1.956 edificaciones han sido destruidas. De momento, hay más de 6.000 desalojados y la estabilidad de la actividad del volcán todavía no se divisa.
Ante una situación extrema como ésta, mantener el servicio de las telecomunicaciones es muy importante para que la población siga conectada con sus familiares y amigos y también para acceder a información online sobre la evolución del volcán, muy necesaria para gestionar la movilidad y las medidas de precaución.
Hasta el momento, la conectividad de la Palma no se ha visto amenazada por el volcán gracias a la presencia de cables submarinos. Por fortuna, ninguno de los tres cables submarinos que conectan a la isla se encuentran en la zona oeste en la que se encuentra el volcán. La Palma cuenta, en la costa, con tres grandes conectores desde Santa Cruz de La Palma: dos cables interinsulares de Telefónica: Tegopa – S2 (conexión entre La Gomera y La Palma, puesto en marcha en 1995) y Telapa (conexión entre Tenerife y La Palma, en funcionamiento desde 2004); además de Canalink (que conecta Tenerife y La Palma).
Desde Tenerife, se conecta con el sistema ACE (Africa Coast to Europe), los cables PENCAN 6 y PENCAN 8 (ambos de Telefónica) que conectan con Cádiz, al igual que un sistema de Canalink que también conecta con la Península a través de la costa gaditana. Asimismo, cabe destacar que el gran proyecto de cable submarino 2Africa también contará en un futuro con una extensión para conectar las Islas Canarias con la península Ibérica, en cuyo caso este cable partirá desde la isla de Gran Canaria.
Garantizar la conectividad
En una situación como la que está viviendo La Palma, a priori los cables submarinos son una garantía para mantener la conectividad de la isla. No cabe duda de que éstos son más seguros que, por ejemplo, las redes terrestres, las cuales pueden verse más amenazada por las lenguas de lava.
Conviene apuntar que los cables submarinos, cuando se aproximan a las playas donde aterrizan, presentan un grosor mucho mayor (se pasa de los 17-20 mm en aguas profundas a 50 mm de diámetro). Esto es por la armadura que lo protege frente a agentes externos con varias capas como el recubrimiento de polietileno o la armadura de alambre de acero.
Sin embargo, a pesar de las garantías de seguridad que ofrecen los cables submarinos, no podemos obviar que los terremotos son un factor que puede poner en riesgo su funcionamiento, si llegan a romperse los cables. Éste sería ahora mismo el mayor peligro en la Palma para la conectividad submarina, no tanto la erupción del volcán en sí misma, sino la actividad sísmica generada (durante el mes de septiembre, se han contabilizado 1.527 seísmos en el isla, según datos del Instituto Geográfico Nacional). Un hecho esperanzador y positivo para mitigar el temor ante una hipotética ruptura de algún cable submarino, es que la isla de la Palma cuenta con una triple conexión de cables submarinos.
En el mantenimiento y correcto funcionamiento de los cables submarinos resulta clave el papel de las estaciones de aterrizaje, desde donde se realizan controles exhaustivos y vigilancia permanente en tiempo real de todo el sistema para poder reaccionar frente a cualquier eventualidad.
Mantener un buen servicio de las conexiones y velar por un cuidado tratamiento de los datos es el principal compromiso de las empresas que formamos parte del sector de las telecomunicaciones. En consecuencia, es necesario disponer de certificaciones que garanticen la seguridad de la información, es decir, la garantía de la confidencialidad e integridad de los datos y la información, así como de los sistemas que la procesan.
.- Este es un artículo de tecnonews.info y AMIC para Menorcaaldia.com