Después del anuncio del Gobierno de recortar la asignación a los colegios e institutos públicos, a los que se les ha pedido que funcionen con el remanente de 2019, Més per Menorca ha presentado una propuesta al Parlamento para rechazar esta actuación que consideran que “no respeta la igualdad y la autonomía de los centros y que, legalmente, no se puede aplicar hasta 2021”.
Piden al Parlamento que se manifieste a favor de la autonomía de los centros en cuanto a la gestión de sus recursos y para que observe el principio de igualdad entre ellos e instan a la Conselleria balear de Educación “a pedir a los centros que hayan acumulado un remanente un informe que explicite a qué actuaciones está destinado el remanente y su calendario de aplicación y a que respete su propia normativa a la hora de comunicarles las eventuales reducciones de presupuesto”.
Para Més por Menorca hay tres objeciones básicas:
- Consideran que se crea un problema de desigualdad entre los centros, ya que se reduce la asignación a aquellos que tenían un mayor remanente sin entrar en los motivos por los que se ha generado este remanente. En este sentido, el diputado Josep Castells ha explicado que, por ejemplo, podría darse el caso de que algún centro hubiera hecho este ahorro «en vistas a hacer frente algún gasto específica de la realidad de aquel centro como por ejemplo alguna mejora importante en el edificio o el mobiliario, la dotación de material tecnológico o la ejecución de proyectos de innovación ».
- Creen que la medida afecta a un elemento fundamental de la autonomía de los centros docentes, la capacidad de gestionar sus propios recursos que, de hecho, son escasos.
- Señalan que la Conselleria de Educación no ha sido respetuosa con la normativa y no ha comunicado a tiempo a los centros docentes la reducción de la asignación, «lo debería haber hecho el mes de diciembre y no en enero. Por tanto, ahora no sería aplicable hasta el 2021».
… a quienes habría que reducir es a los centros concertados, no hacerlo precisamente con los públicos… concretamente, reducir en ambos la asignatura de religión… eso sí sería un buen ahorro, perfecto para la salud mental de nuestros tiernos infantes…