Si buscamos los iconos de la Navidad tenemos que pensar en una estampa de frío y mejor si hay nieve, en muchos regalos bajo el árbol ya sea para Navidad o Reyes, en muchas lucecitas iluminandolo todo… Ninguna de estas condiciones parece que se vaya a dar. Nos explicamos.
En cuanto al frío es evidente que tendremos que ir abrigados pero ya nadie esconde que el aumento de la temperatura global está batiendo récords sobre récords. Es cierto que en mitad de un año meteorológico anormalmente cálido podemos sufrir las consecuencias de una baja presión de campeonato como Filomena que cubrió de nieve la península del 6 al 11 de enero de este año. Es difícil saber si volverá a ocurrir este invierno que viene pero lo que sí dicen los meteorólogos es que episodios adversos más pronunciados serán la tónica de los próximos años mientras sigamos sometidos al calentamiento global.
Ahora vamos con el apartado de consumo: la buena noticia es que la magia de los Reyes Magos siempre hará que lleguen los regalos, la mala noticia es que quizás no sean los que escribieron en la carta los niños puesto que si vienen de un país donde la actividad de fabricación se ha parado, no hay opción para muchos artículos. El mercado de la distribución de juguetes hace tiempo que está trabajando en las próximas Navidades puesto que la planificación es crucial para el éxito de la magia navideña, y lo que se encuentran es con un aumento destacado del precio de los contenedores que traen piezas Made in China.
Paralelamente han subido los precios de las materias primas que más se utilizan en la fabricación de los juguetes como son madera, cartón, componentes electrónicos,… Aunque esta circunstancia en la logística pueda beneficiar a las fábricas europeas (más cercanas), también es cierto que rompen la cadena habitual por volumen y por fechas de entrega, lo que puede retrasar tanto la llegada de los pedidos a servir que se tenga que retrasar la Navidad. Eso hoy suena extraño, grave, pero plausible según algunas fuentes del sector juguetero.
Por último, las luces. El ayuntamiento o el particular que tenga luces LED aún puede respirar tranquilo porque todos los que aún utilizan sistemas más baratos y convencionales van a ver cómo los consumos van a ponerles los pelos de punta al llegar la factura. El aumento del precio del kilowatio ha venido para quedarse (aparentemente) y esto es muy probable que “desluzca” las próximas fiestas.