El GOB ha dirigido un escrito de protesta al Conseller de Medi Ambient del Govern Balear, Miquel Mir, por la manera que se están desarrollando las labores para garantizar la circulación del agua por los torrentes de Menorca. Al, según los ecologistas, enorme destrozo de biodiversidad hay que sumar una pérdida muy grande de tierra fértil y una contradicción frontal con la normativa vigente.
Las últimas actuaciones realizadas en zonas de Ferreries y de Alaior muestran según el GOB una eliminación total de la vegetación interna de los cauces, de la fauna asociada, así como de casi toda la vegetación de las riberas. Desde la entidad conservacionista no se discute que los torrentes deben permitir la circulación del agua. Pero se trata de espacios que acogen fauna y flora valiosa, muchas veces con figuras claras de protección.
La normativa vigente ya dice que, con carácter general, no se afectará la vegetación delas riberas y que se debe limitar el uso de maquinaria en el lecho de los torrentes. En Menorca, la práctica habitual del Departamento de Recursos Hídricos, organismo responsable de hacer o autorizar actuaciones, sigue siendo poner las excavadoras dentro de los torrentes y arrasar absolutamente con toda la vida natural que hay.
Existen alternativas para hacer compatibles los dos intereses. Se trata de dejar libre el paso central de los torrentes, sin eliminar las comunidades que crecen en los bordes del lecho fluvial. Dentro de los torrentes de Menorca hay tortugas de agua, anguilas, pájaros y mucha otra fauna que aprovecha estos espacios, que en la isla actúan como zonas húmedas lineales. Pero también hay una segunda función muy importante, que es frenar el arrastre de suelo fértil de las vallas de los bordes, una pérdida que se multiplica cuando no hay vegetación a los lados.